Y ahora ¿dónde estás?.
Una buena pregunta para ponerse a buscar.
Porque esa es la primera noticia que los discípulos tienen clara:
«No está aquí. Ha resucitado».
Y si no está aquí, ¿dónde?
La eterna pregunta que nos seguimos haciendo.
Te necesitamos, Señor. Y tú nos envías a buscarte. A las Galileas de nuestro siglo XXI. «Allí me veréis». Toda la vida, si hace falta, te buscaremos. Para reconocerte, a veces, en los lugares más inesperados de nuestra vida, en los momentos más sorprendentes de nuestra historia.
FELIZ DÍA A TODOS…